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Modelos pedagógicos en Educación Inicial, Montessori

  • Foto del escritor: Dani D'Addieco
    Dani D'Addieco
  • 14 feb 2019
  • 5 Min. de lectura

Somos padres en búsqueda de ese lugar especial que será la continuidad de nuestro hogar para nuestros hijos, son tan pequeños y nos preguntamos cuál será el lugar propicio para su total despliegue, hay aún muchas personas que le restan importancia a las edades tempranas pensando que los niños solo van a jugar, pero en realidad la etapa de la primera infancia sobre todo los primeros tres años de vida son los momentos de mayor plasticidad cerebral, donde se dan miles de conexiones y sinapsis y los niños aprenden del mundo que los rodea, necesitan sentirse amados, protegidos y acogidos por un ambiente que lo abrace.

Los jardines o nidos se rigen por ciertas metodologías de enseñanza, algunas más validadas que otras, pero es importante conocer de que se tratan, hacia que están orientas para tomar una decisión que pienso en mayor medida serán el reflejo de lo que somos nosotros mismos.

En esta oportunidad, veremos el Método Montessori:

Para María Montessori(Italia 1870-1952), los niños absorben como “esponjas” todas las informaciones que requieren y necesitan para su actuación en la vida diaria. El niño aprende a hablar, escribir y leer de la misma manera que lo hace al gatear, caminar , correr, etc, es decir, de forma espontánea.

El método Montessori, se basa en el respeto por el niño y su capacidad de aprender, donde el gran objetivo de la escuela es el cultivar en sus alumnos el deseo natural por aprender. El maestro ejerce una figura de guía, que potencia o propone desafíos, logrando que los alumnos sean participantes activos de su enseñanza y aprendizaje. Entre sus principios destacan la libertad, la actividad y la individualidad.

El ambiente en la filosofía Montessori, no incita a la competencia entre compañeros; sino, por el contrario, apunta a que se respete y valore el logro de cada alumno en su momento y ritmo oportuno. El silencio y la movilidad son elementos indispensables en esta metodología, de manera que los niños puedan experimentar con todo el material y mobiliario del entorno, siendo este adecuado al tamaño del niño. El error, equivocación o falta, es considerado como parte del aprendizaje del niño, por ello, no es castigado o señalado, sino, valorado e integrado como una etapa del proceso. Además, se suele estimular a que el niño haga siempre una auto-evaluación.

El maestro

  • Conocer a fondo cada una de las necesidades intelectuales, físicas y psicológicas en cada periodo de desarrollo del niño.

  • Conocer y manejar correctamente el uso y los objetivos del material o actividad que se requiera para lograr un desarrollo armónico y adecuado del niño de acuerdo a su edad.

  • Tener actitud activa cuando se pone al niño en contacto con el material por primera vez y pasiva cuando este contacto ya se haya logrado.

  • Mantener el ambiente siempre limpio y ordenado.

  • Atender y escuchar en donde se le llama, así como respetar el trabajo y los errores de quienes trabajan.

  • Lograr despertar en el niño, independencia e imaginación durante su desarrollo.

  • Generar en el niño, autodisciplina, bondad y cortesía.

  • Guiar al niño para que éste aprenda a observar, a cuestionarse y a explorar sus ideas de forma independiente, motivando su interés por la cultura y las ciencias.

El alumno :

  • Ejecutar y lograr sus actividades con autonomía.

  • Elegir y usar los materiales para construir su propio aprendizaje.

  • Establecer la cooperación y la ayuda mutua.

  • Desarrollar su creatividad a partir de la realidad.

Las cuatro áreas del método Montessori:

  • Vida práctica: Ayuda al niño a desarrollar coordinación, concentración, independencia, orden y disciplina. Abarca los ejercicios para la relación social, la tolerancia y la cortesía, el control perfecto y refinamiento del movimiento.

  • Educación sensorial: Se refiere al desarrollo y al refinamiento de los cinco sentidos: vista, sonido, tacto, olor y gusto. El propósito de los ejercicios es educar los sentidos, así el niño puede aprender sobre el ambiente y ser capaz de discriminar sus aspectos más sutiles.

  • Habilidades de la lengua, lectura y escritura: El primer paso hacia la lectura y la escritura es sensorial. Los niños utilizan su dedo índice para conocer sensorialmente cada letra a través del uso de letras contorneadas con papel de lija; esto les ayuda a reconocer las formas geométricas, al mismo tiempo que desarrolla su destreza y aprenden las letras fonéticamente. Luego, se sustituye el dedo por un lápiz, para más adelante lograr escribir; siempre con la premisa de que el aprendizaje de la lectura y la escritura se logra en el niño de forma natural.

  • Matemáticas, introducción a los números: Una vez más la introducción a los números y a las matemáticas es sensorial. El niño aprende a asociar los números a las cantidades, trasladándose gradualmente a formas más abstractas de representación. La educación temprana de este sentido, ayuda al niño a poner la base para la lectura y el aprendizaje de las matemáticas. Las actividades desarrolladas con los materiales sensoriales hacen que el niño pase “de lo concreto a lo abstracto” y le ayude a discriminar tamaños, colores, formas, peso, etc.

Sobre el ambiente, materiales y recursos:

En el método Montessori, los salones son espacios amplios y luminosos, que incluyen flores y plantas en un orden absoluto. Los ambientes están diseñados para estimular el deseo del conocimiento y la independencia en los niños. Asimismo, los pequeños pueden intercambiar ideas y experiencias en medio de un ambiente especialmente preparado para ellos, con muebles, materiales e infraestructura a su alcance.

Dentro de este ambiente preparado, los niños están libres de elegir sus propios materiales y actividades, cambiar de actividades, sentarse en las sillas o arrodillarse en las mantas, pueden moverse libremente por el cuarto, trabajar solos o con otros, siempre y cuando su seguridad no esté implicada y respeten los derechos de los demás. “El niño debe estar libre”, dijo la Dra. Montessori, debe estar libre para tomar sus decisiones y hacer sus descubrimientos aprendiendo por sí mismo: “la única disciplina verdadera es la de uno mismo”.

Características básicas del ambiente:

- Proporcionado: A las dimensiones y fuerzas del niño.

- Limitado: En cuanto a que el mismo ambiente dirija al niño hacia el conocimiento y lo ayude a ordenar sus ideas y aclare su mente.

- Sencillo: En la calidad de las cosas y en la línea de las formas. Debe tener un contenido elemental, esto es, que exista lo suficiente y lo necesario.

- Delatador del error: El poder darse cuenta del error lleva al niño a un razonamiento cada vez mayor, pudiendo medir las consecuencias de sus acciones.

- Lavable: Para que el niño pueda mantener limpio y cuidado el ambiente.

Todo el material es natural, atractivo, progresivo y con su propio control de error. Los materiales son elaborados científicamente, adecuados al tamaño de los niños, todos tienen un objetivo de aprendizaje específico y están diseñados con elementos naturales como madera, vidrio y metal. Estos exigen movimientos dirigidos por la inteligencia hacia un fin definido y constituyen un punto de contacto entre la mente del niño y una realidad externa, permitiéndoles realizar gradualmente ejercicios de mayor dificultad.

FUENTE: http://educared.fundaciontelefonica.com.pe/educacion-inicial/filosofias/montessori/

IMAGEN: www.alupe.es


 
 
 

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