Día 49

La noche es una fiesta, desde adentro escucho la música a todo volumen de algún vecino, los aplausos ya pasaron y para no perder la fe me recuerdan que la vida es un carnaval, aún podemos bailar, dentro de casa, jugando con las luces, soplando en el viento palabras de aliento para que lleguen a quien se siente caído. Vemos todos los noticieros, largas colas en los mercados para abastecerse de alimentos, niños trabajando, mascarillas vienen y mascarillas van, sabemos lo que esta pasando pero creo que es tiempo de desenchufar el televisor. La verdad es que no nos queda más que aportar un grano de arena desde nuestro propio ejemplo. Salimos máximo una vez a la semana,si es absolutamente necesario, leemos sobre protocolos de limpieza y desinfección, limpiamos todo el día, tratamos de mantener la cordura y eso es mucho. Sobre todo jugamos, jugamos mucho para que esta nueva realidad sea como un cuento que estamos escribiendo nosotros mismos, y así lo recuerde Catalina, sin oler el miedo, la preocupación, la ansiedad y si tal vez recuerde este año más adelante, sea el mejor cuento porque podía jugar con papá y mamá casi todo el día, todos los días, estamos juntos.